Así definen desde Teatro Crónico La comedia de Hamlet, una adaptación de la conocida obra de Shakespeare “más accesible, más fácil y que puede captar o crear nuevos públicos”, según apunta la productora y distribuidora de la compañía, Teresa Velázquez. Enfrentarse a una obra de dimensión tan profunda, exquisita y perfecta no ha sido fácil para la agrupación y menos si, para ello, cuenta con dos actores y una actriz que adoptan hasta veinticuatro pieles diferentes en una hora y media de duración de la versión teatral. La escenografía se reduce a un único módulo que se convierte en espacios diferentes. “Todo comienza a sonar a locura, me encanta”, afirma el director Pepe Quero.
Teatro Crónico tiene el atrevimiento de poner a la calavera de Hamlet una nariz de payaso y de situar una historia de 1600 en el año 2003. “El Hamlet” de esta comedia está muy ligado a nuestra realidad. Es un príncipe de una gran corona europea, soltero, apuesto, con treinta y tantos, perseguido por los paparazzi y las mujeres; en definitiva, un gran objetivo para la prensa rosa. El país donde habita el héroe sufre de los rigores de la política actual y sus elevadísimos niveles de corrupción, traición, engaños y asesinatos selectivos. A lo largo del montaje se escuchan diversos guiños con la realidad política española más reciente.